jueves, 8 de diciembre de 2011

GIACOMETTI, NO

Tumbada.

Vámonos, va.

Soy una muñeca rusa que se deja hacer.

Enganchada al gotero atravieso el pasillo impoluto fingiendo no sentir miedo. Con cara de entenderlo todo, con los ojos muy abiertos, me limito a escuchar los saludos, a observar cómo toman posiciones y se aproximan examinando mi cuerpo apenas cubierto por una bata de papel azul. Me preguntan si estoy nerviosa; lo niego, pero el temblor me delata.

La punción en la espalda llega enseguida. Pronto noto la ebriedad en las piernas, el cosquilleo en la cintura plagada de termitas interminables.

Cae el telón.

Respiro recordando cómo se respira cuando se intenta respirar. Tarareo canciones en silencio. Invento cómo será su abrazo.

Minutos ciegos.

Dejo de tiritar cuando me parten en dos y llega su llanto. Aparece pintada de sangre, como una amazona en el campo de batalla. La guerrera que había soñado.

Lloramos.

Una fuerza primaria detiene los relojes del mundo, los Giacomettis gigantes, los segundos, terceros y quintos planos.

Admiro su cuerpo deseable suspendido por los pies, balanceándose enérgico, sujeto al cordón que aún nos une.

Quiero olerla, contarle los dedos de las manos, de los pies, pero nadie se hace cargo. Se la llevan sin haberla tocado y me lleno de una orfandad desconocida, punzante.

De nuevo el telón.

Minutos mudos.

Mientras me cosen pienso en Bourgeois, en sus muñecas de trapo, en la gruta que tatuarán en mi vientre sin cuidado.

Sudo. Tengo frío.

Minutos mancos.

Ya viene.

Cubierta por un turbante blanco, entreabre los ojos y me mira extrañada. Rozo su mano diminuta. Sonrío.

Giacometti, no.

Je suis une femme.

Ahora toca estar aquí, detenida en sus ojos, en su sonrisa. La he soñado sobre un globo del tamaño del cielo, mecida en mis brazos.

Ya es diciembre.

A veces regresa el rostro de aquella mujer a la que le temblaban las piernas la primera vez que amó a un hombre.

A veces creo que me lo he inventado.

1 comentario:

  1. Invención: creación de un objeto, producto, teoría o proceso que implica siempre la alteración de determinada materia o materiales.
    Tanto la antigua mujer como la nueva niña son una verdadera invención. Y además mejorando los materiales previos. ¡Es la vida!
    Dos besos a repartir. Y un abrazo para el "callao"
    Isidoro.

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